Hoy martes y 13, de agosto de 2013, vamos a hablar de las supersticiones, como parte de las costumbres que tiene nuestro pueblo manchego. ¿Quién no ha oído a sus mayores referirse a las supersticiones como un pensamiento casi mágico para ahuyentar lo malo o atraer lo bueno? Nos adentraremos en el mundo supersticioso y veremos el origen de nuestras supersticiones más arraigadas.
No es nuestra intención entrar en una disquisición filosófico-religiosa sobre el origen y la intencionalidad de las supersticiones. Sólo diremos que, desde siempre, han estado arraigadas al ser humano como símbolo o forma de atraer la buena o mala suerte y como creencia. De hecho, en el día a día siguen existiendo supersticiones mezcladas en todos los ámbitos de nuestra vida. En el diario El País, el 14 de abril de 2008, se informaba que la Agencia Espacial Rusa había cambiado el nombre de su misión para evitar el número 13.
Manolo Tena ya cantaba en 1992 una canción, incluida en su disco "Sangre Española", muy popular en España, llamada "Tocar madera". Proponemos recordar esta magnífica canción, compendio de muchas de las supersticiones, para adentrarnos en las supersticiones más arraigadas de nuestro pueblo y de la Mancha en general:
En la wikipedia, el origen etimológico de la palabra superstición viene a indicar
Etimología del término: la palabra española «superstición» corresponde al verbo latino super-stare (‘permanecer sobre’, que para los romanos tenía el sentido figurado de «ser testigo» o «sobrevivir»). De acuerdo con Cicerón, y después Isidoro de Sevilla, la idea de trascender y perpetuarse a través de la realización constante de rituales subyacía en el uso de esta palabra.
En una de las numerosas listas del Diario 20 Minutos se incluye una lista de las 10 supersticiones más arraigadas de nuestra sociedad. Entre ellas está el Martes y 13, cruzar por debajo de una escalera, encontrar un trébol de cuatro hojas, cruzarse con un gato negro, etc... Definen la superstición de la siguiente forma:
Las supersticiones, no fundamentadas o asentadas de manera irracional en el ser humano, pueden estar basadas en tradiciones populares, normalmente relacionadas con el pensamiento mágico. El supersticioso cree que ciertas acciones (voluntarias o no) tales como rezos, ensalmos, conjuros, hechizos, maldiciones u otros rituales, pueden influir de manera trascendental en su vida.
Nuestro pueblo, como otros muchos lugares de España, ha tenido supersticiones a lo largo de su historia, especialmente relacionadas con malos augurios. El martes y 13 ha tenido y tiene una especial significación para todos nosotros. Tiene su origen en el día martes en el que por la wikipedia se hablaba que
La muerte del Rey D. Jaime de Aragón y el destrozo que sus tropas sufrieron en Luxen un martes provocó que desde entonces comenzó el vulgo a llamar aquel día, que era martes, de mal agüero y aciago
y también en el número 13 porque
Por su lado el número trece desde la antigüedad fue considerado como de mal augurio ya que en la Última Cena de Jesucristo había doce apóstoles y Jesús. Se considera a Judas el traidor como el número 13. La Cábala enumera a 13 espíritus malignos, al igual que las leyendas nórdicas; en el Apocalipsis, su capítulo 13 corresponde al anticristo y a la bestia. También una leyenda escandinava cuenta que, según la misma tradición, en una cena de dioses en el Valhalla, Loki, el espíritu del mal era el 13º invitado. En el Tarot, este número hace referencia a la muerte y a la desgracia eterna y para otra vida.
Vicente Joaquín Bastús y Carrera, en 1862, en "La sabiduría de las naciones" establecía el significado que, desde antiguo, tiene el refrán "en martes no te cases, ni te embarques"
En martes no te cases, ni te embarques. Entre el vulgo supersticioso es lo mismo que decir, en día aciago y funesto como el martes, no emprendas ningún negocio de importancia. El martes, tercer día de la semana consagrado al planeta y dios Marte, del que lomó el nombre y con cuya figura le representan, fue considerado entre los egipcios como dia de muy mal agüero, porque decían era el del nacimiento de Tifón, uno de los gigantes que se atrevieron a escalar el cielo. Entre los turcos es también el martes enumerado entre los días funestos, como el jueves lo era entre los griegos; por cuya razón no suelen ponerse en camino, ni emprender en él cosa importante. Nuestro ilustrado Feijóo habla detenidamente acerca del origen de esta preocupación, de la cual no estábamos nosotros exentos, y que logró desvanecer mucho con sus escritos. El origen de esta especie de proverbio dicen que fue el haber sido martes el día en que el rey D. Alfonso el Batallador, primero de Aragón, fue vencido por los moros, y muerto en la batalla de Fraga el año de 1134. Pero si la desgracia sucedió, como cree Zurita, el 7 de setiembre, este día fue viernes, y solo podrá favorecer la opinión tan vulgar y supersticiosa como la otra, de que la calidad de infausto comprende a los tres días de la semana en cuyos nombres entra la letra R, como martes, miércoles y viernes. De aquí el otro refrán: En Viernes, Miércoles y Martes, no te cases, ni te embarques. Hablando Mariana en su Historia de España —Año de 1276, libro XIV, Cap. 2— de la muerte del Rey D. Jaime de Aragón y del destrozo que sus tropas sufrieron en Luxen, dice: El estrago fue tal y la matanza que desde entonces comenzó el vulgo a llamar aquel día, que era martes, de mal agüero y aciago. Quevedo, riéndose de esta supersticiosa creencia, dice: El martes es día aciago, para los que caminan a pie, y para los que prenden. También dice: Martes toma todo lo que te dieren y no repares en cumplimientos.
En nuestro pueblo, al igual que en otros muchos de la Mancha, se utilizaba el martes y 13 como día aciago para negociaciones y bodas. "Martes y trece; ni a tu hija cases, ni a tu marrano mates". La mejor superstición y más curiosa con esta fecha tiene que ver con las gallinas, puesto que "si quieres que tu gallina huevos saque, no le pongas trece huevos ni la eches en martes".
Todas las supersticiones se pueden dividir en cuatro grupos:
- SUPERSTICIONES DE MAL AUGURIO. Estas supersticiones tienen que ver con augurios negativos relacionados con hechos naturales o determinados animales. Por ejemplo, los lagartos, sapos, culebras y demás reptiles en general siempre han sido vistos como portadores de malos augurios, desgracias o problemas futuros. Esta tendencia viene influida muchas veces por la creencia cristiana que asocia a estos animales con la personificación del mal o del diablo. Por ejemplo, el sapo que es muy beneficioso para las cosechas está relacionado con la personificación del mal, cuando es muy bueno para las cosechas porque las elimina de insectos. En nuestro pueblo se habla que cuando una lechuza aparecía por la noche y se posaba en un tejado, en esa casa habría una muerte futura. También en lo relacionado con verter el vino o derramar la sal: "Verter el vino es buen sino; derramar la sal es mala señal".
- SUPERSTICIONES DE BUEN AUGURIO. Este grupo de supersticiones son quizá las menos numerosas, pero sin embargo también están arraigadas en nuestro pueblo y en otros muchos. Suelen estar definidas como supersticiones que atraerán la suerte. Por ejemplo, siempre se dice que el que encuentra un trébol de cuatro hojas, hallará la buena suerte. En nuestro caso, nuestros antepasados atribuían a encontrarse una herradura muy buena suerte. De hecho, dice el refranero que "quien encuentre una herradura, guárdela para su ventura". Otra superstición muy arraiga es pisar el excremento de algún animal, ya que atrae la buena suerte, aunque el incauto que la pisó lleve las suelas manchadas de porquería con el consiguiente olor.
- SUPERSTICIONES DE FUTURO. Normalmente hay un tipo de supersticiones agrupadas con los agentes climáticos que ayudaban a predecir un futuro más o menos próximo. No olvidemos que nuestro pueblo, por su eminente carácter agrícola estaba salpicado de supersticiones relacionadas con la predicción de fenómenos futuros. Pongamos el ejemplo de "agosto fríe el rostro, pero por la noche frío en rostro" o "lo que agosto madura, septiembre lo asegura".
- SUPERSTICIONES CONTRA EL MAL AUGURIO. En nuestro caso, este grupo de supersticiones está muy relacionado con las supersticiones de buen augurio. Es obvio que una superstición contra el mal augurio ayuda también a atraer la buena suerte. Por ejemplo, el hecho de "tocar madera" cuando nos referimos a algo es una superstición de lo más extendida para ir contra el mal augurio que pueden traer nuestras palabras o con la creencia de que la suerte estará de nuestro lado. También el decir "Jesús" cuando se estornuda, puesto que antiguamente se consideraba de mal augurio toser o estornudar, por la cantidad de epidemias de gripe y otras enfermedades que sufrió nuestro pueblo.
En Casas de Haro, y en la Mancha en general, siempre se ha tenido la creencia de mala suerte asociada a algunos animales o insectos como que un abejorro negro que pudiera aparecer por un patio o una casa, con su típico sonido al batir las alas, que era señal de desgracia o de muerte. Imaginaros el cartel que podría tener un lagarto verde. Por ejemplo, el mochuelo también tiene mal cartel: "el mochuelo es pájaro de mal agüero".
Cuando se hacían gachas en el pueblo, y había muerto alguna persona, se creía por superstición que el muerto venía a meter el dedo en la sartén. Además, también se habla que si se hacían gachas el día de los santos, cualquiera de los muertos venía a meter el dedo en la sartén. La informante María José Calvo Cuenca nos ha comentado que escuchaba a sus padres comentar que de todas las versiones que ha oído la que más credibilidad le da es la de que esta superstición viene de la época de hambruna. Se cuenta que unos paisanos estaban en plena faena del campo preparando una "sartená" de gachas. Sin embargo, ésta era demasiado pequeña para la cantidad de comensales que se ponían alrededor. Esa misma mañana había muerto alguien en el pueblo y no se le ocurrió a uno, el más avispado de todos, que el muerto, al que le gustaban mucho las gachas iba a venir a meter el dedo en las gachas. Los comensales, con asco y con cierto miedo, dejaron la sartén y este señor, muy avispado, se comió la sartén él solo. Añade nuestra informante que la moraleja de la historia es que "si tienes hambre y la posibilidad de comer, venga quien venga, vivo o muerto, no dejes de comer".
La religión y la simbología han tenido siempre arraigo en el ordenamiento de las creencias. Los números, que en principio no son ni buenos ni malos, asociados a la religión tienen un significado especial. En nuestro pueblo, al igual que en todos y siguiendo a Pascual Martínez en su libro "Tradiciones y costumbres de Casas de Benítez" editado por el Excmo. Ayuntamiento de Casas de Benítez. Albacete, 1996, se comenta que
El 3, la Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo.El 7; los Sacramentos son siete.El 10; los Mandamientos son diez.El 12; los apóstoles son doce.El 33; la edad a la que murió Jesús era de treinta y tres años.
En conclusión, la superstición no es ni buena ni mala: forma parte de nuestro acerbo cultural y de nuestras tradiciones más enraizadas. Sin embargo, cualquiera pasaría por debajo de una escalera o no conservaría una herradura que se encontrara caminando en el campo. Son parte de nosotros mismos, de nuestros antepasados, y como tales no deja de ser pintoresco de nuestro carácter manchego enraizado con el devenir de la vida, la sociedad y de los elementos agrícolas.