Pedazos de nuestro pueblo, pedazos de nosotros mismos. Adéntrate en este blog y descubre trocitos singulares de nuestro presente y de nuestros antepasados. Espero que te guste y espero tus comentarios al final de los artículos.

viernes, 9 de agosto de 2013

EL MORAL

El Moral es una de las fincas que componen nuestro término municipal, en las coordenadas geográficas 39.261467-2.230998. Su origen es inmemorial, ya descrito en relaciones geográficas de Felipe II, dado que ha sido desde un inicio un privilegiado lugar de paso para la trashumancia con abundante pasto y matorral. En El Mercader de Galera, el origen de esta finca es un poco tétrico, cercano a la leyenda. Realizaremos también un curioso recorrido por la historia de esta zona de nuestro pueblo a través de las actas del Ayuntamiento de Casas de Haro.


El Moral es una finca situada en el sureste de nuestro término municipal, cercana a la autopista de Ocaña-Albacete. 

Desde tiempo inmemorial ha pertenecido a nuestra población, y si atendemos a leyendas, en ella había un moral centenario en el que se ajusticiaban a reos. Por su delimitación transcurría el camino Real de la Mesta, y también una calzada romana.

Como paso de la trashumancia y también como finca de pasto, fue estratégica en tiempos de Felipe II. Su adhesión al término de Casas de Haro se produce en 1834, pues anteriormente todo nuestro municipio pertenecía al vecino San Clemente. Por tanto, es una aldea que surge como pequeña casa de labor en los siglos XVI-XVII en un terreno especialmente delimitado como pastizal, por su elevada concentración de monte bajo en el que había mucha ganadería. Con la sucesiva deforestación, esta aldea se va convirtiendo en un latifundio en el que el cultivo del cereal y la vid, principalmente, será su fuente de riqueza.

Realicemos un recorrido histórico de esta finca por la documentación existente en el Excmo. Ayuntamiento de Casas de Haro, atendiendo especialmente en este recorrido a las actas de sesiones de nuestro Ayuntamiento.



El 23 de julio de 1865 se nombra una junta de vecinos del pueblo para desentrañar el censo agrícola de la población. Asimismo se decide realizar una división del pueblo en secciones para hacer el pedido de cédula de inscripción, haciéndose el pedido de 300 cédulas de inscripción:
  • ·         Barrio de Abajo y las Casillas.
  • ·         Barrio de los Pavos y colindantes (Porretas, Carlotas y Ruipérez)
  • ·         Casa de la Cañada, Casa de don Dámaso, Miguel Rico.
  • ·         Casa del Rey, de los Simarros, del Moral, de las Chozas.
  • ·         Villa el Pardillo, la puso en casa, Sanchón, Las Beatas, Buena Vista y casa del Monte.

El 22 de marzo de 1891 se acuerda modificar sustancialmente las condiciones para las elecciones que se celebrarán durante ese año[1]. Lo que resulta es que por el Padrón de Habitantes de 1887, resultan en Casas de Haro 1129 habitantes de derecho, lo que modifica el número de concejales que pasa a ser 9.
Anteriormente, se expone que había 7 concejales, elegidos 4 de ellos por la circunscripción de San Julián y 3 de ellos por la circunscripción del barrio de abajo. Ahora, se elegirán 5 por la circunscripción de San Julián y 4 por la del barrio de abajo.
Pasamos a enumerar las circunscripciones y los barrios que pertenecen a ellas:


  1. Sala Capitular.
ü  Todas las calles del barrio llamado de abajo.
ü  Caserío del Monte Viejo, propiedad de los señores Gosálvez.

  1. Distrito de San Julián.
ü  Barrio de las Casillas.
ü  Los Pavos o Casas de Arriba.
ü  Calotas.
ü  Ruipérez.
ü  Porretas.
ü  Casa de Bonilla.
ü  Casa de don Dámaso.
ü  Casa de los Simarros.
ü  Villalpardillo.
ü  Las Beatas.
ü  Casa del Moral.
ü  Casa del Rey.
ü  Miguel Rico.
ü  Sanchón.
ü  Las Chozas[2].


El 13 de septiembre de 1903 se hace referencia al arreglo del camino que desde el barrio de Arriba iba a las Chozas y el Moral, desde el que venían los carreteros a recoger vino y zumaque para exportar, estando instransitable en la época de lluvias. Así podemos leer textualmente: 

El Señor Presidente dio cuenta de la Real Orden fecha catorce de agosto último sobre caminos vecinales y vista la necesidad de que en este Distrito Municipal se arreglen por cuenta del Estado los más precisos y los de más utilidad, por unanimidad se acuerda: que los caminos vecinales por los que se transportan todos los frutos son el que partiendo del Barrio de los Pavos en el molino del Sordo pasando por Las Chozas y El Moral empalma en la carretera de Madrid a Valencia en este término jurisdiccional para conducir a la Roda los frutos de zumaque y uva únicas que tiene este pueblo para exportar y que sirve para hacer la exportación a la indicada villa de la Roda, en cuyo camino se pone intramitable en las épocas de lluvias; que por lo malo que se pone dicho camino temen venir a por vino los albacetenses que con los que vienen aquí a por los vinos blancos y moscatel tan renombrados, y por no dejar la carretera tienen que ir a Minaya aunque les cueste más el vino y sea de peor calidad, porque de tomar el camino que se pide se arregle es imposible llegar al pueblo ni aún doblando los tiros y con peligros inminentes"

El 23 de noviembre de 1977 se determinan los cotos de caza, entre ellos, veremos que ya aparece el de El Moral, y es que esta zona salpicada de pinares y matorrales es un lugar excelente para ejercitar la caza:

Coto AB-10.455 “El Moral”; Titular: D. César Martínez Martínez. Superficie: 619 has. Grupo II – Renta unitaria: 30 pesetas. Base imponible: 12.570 ptas.

El 16 de noviembre de 1995 la alcaldesa de nuestra población reúne al Pleno para apoyar al Ayuntamiento de Casas de Benítez por el inminente cierre del cuartel de la Guardia Civil de Casas de Benítez y, entre otras razones para apoyar el no cierre de este cuartel está:

     Por pueblos y aldeas que llevan a su cargo: Casas de Guijarros, Pozo Amargo, Casas de Haro, Casas de Benítez, El Carmen, llegando hasta el límite de Albacete, conjuntamente hasta Minaya y Villalgordo. Aldeas de Casas de Haro: Villapardillo, Monte Viejo, Las Chozas, El Moral, Casa de los Simarros, Balsillas, El Lentiscar, Casas de la Cañada, Cada D. Dámaso.


En una obra de José Antonio Blázquez Romera, llamada El Mercader de Galera, diario de un morisco (1569-1570), en el capítulo XI, se ofrece un pasaje muy curioso acaecido en la finca El Moral, de la que se dice había una morera centenaria donde ajusticiaban a las gentes y las colgaban, y en las Casas de Haro, un sitio de la Mancha donde se tenía por costumbre apodarles "los guachos".
Además, hace una reflexión curiosísima de un ermitaño, llamado Carracuca, que es, según el protagonista, el mejor "cristiano viejo" que existía, con cierta mala leche o quizá ecuanimidad, puesto que respetaba las costumbres moras. 
Tras unas tres leguas mas o menos llego a la majada de El Moral que es un lugar donde los pastores que recorren los caminos de el sur tiene a bien resguardar a los rebaños. Es un corral de piedra seca, con dos varas de alto y con mas de dos fanegas y que además esta separado en tres partes y en cada parte un chozon de piedra y cañas y en la entrada principal se levanta majestuoso el moral que le da nombre a este sitio y que debe de ser de mas de doscientos años, pues tiene de ancho como casi treinta pasos, pero que ningún cristiano se atreve a resguardarse en su sombra, pues se cuenta que en la antigüedad colgaban de sus ramas a los criminales y ladrones y que sus almas siguen presentes de los nudos correderos y que yo mismo me he pegado buenas siestas reposando en su grueso tronco y no me despertaron ni me dieron mal dormir.
  Casi llegando al lugar empiezan a darme en el rostro unas gotillas de agua nieve y doy gracias al profeta Mohadmed por estar cerca de lo resguardado.
  Al llegar parece que me vieron venir, pues salieron a recibirme dos pastores que son hermanos y que ya les encontré otras veces por estos andurriales y que vienen de por las sierras de La Puebla y que llevan un ganado de ovejas de mas de doscientas cabezas, a pasar el invierno a el sitio que le llaman Casas de Haro y que es pueblo de las tierras de Cuenca, en donde tienen la familia y que les apodan “los guachos”. Me abren el portón hecho de palos anudados y refugio a los animales en una choza que queda libre y en donde yo "mesmo" pasare la noche, pues no esta el tiempo para seguir.
Me reúno con ellos en su garita ya que tienen una buena lumbre echada y buenas alforjas con lo de comer y beber y que nada mas llegar me ofrecen una buena piedra plana para mis posaderas y unos tragos de vino prohibido para el estomago.  Entre trago y bocado, terminamos con esa tontuna varonil de contar nuestras aventuras con el “mujerío” , que la mitad son verdades y la otra fantasías de los que pasamos hambre de los placeres en nuestra soledad de caminantes y no nos damos cuenta de que la nieve esta manchando la tierra hasta que salimos a desatar las botijas en la puerta de la choza.
  Nos metemos de nuevo a cobijo y seguimos con la faena que nos dejamos a medias y me dicen que llegaron ayer por la mañana y que no partieron hoy por adivinar el mal tiempo y que cuando llegaron se encontraron en una choza a el ermitaño Carracuca y que le vieron con muy mala cara y que casi no se tenia de los pies  que casualmente pregunto por mi y es que a esta persona la tengo como a un padre, y es el único cristiano viejo que entiende a nuestra gente y participa en nuestras fiestas y bodas.
A Carracuca le conozco desde que tengo el uso de razonar, pues mal vivió casi veinte años entre Galera y Castillejar y después a estado por toda la comarca y no pudo nadie ni nada retenerlo o echar raíces , ni tener sitio fijo. 
  Se sentaba por las tardes de verano en el mismo filo de las murallas de el castillo contemplando las puestas des sol y observando a las golondrinas y los zagales que le perdimos el miedo nos apegábamos a el, digo esto porque su aspecto no era muy normal, pues llevaba un habito con una capucha y como cincho una soga de esparto, descalzo con los pies mas negros que el carbón, una barba entre canosa y blanquecina que le llegaba al mismo nudo de las tripas y los ojos hundidos y brillantes, que mas bien parecía la "mesma" muerte con piernas.
  Nos dijo que había nacido mas allá de los montes que hacían de espinazo en otras tierras lejanas y que su nombre verdadero era Pedro de Caraqueaux y que de mozo fue soldado de fortunas y viajo mas allá  de los mares de Asia y que contemplo las murallas de Jerusalén y las piedras de La Meca y fue mal herido en un mar de arena, donde solo había hombres negros y que comían carne de personas, que fue también en busca de lo dorado a las nuevas tierras de la Nueva España.
Cuando regreso le dio un “bentusque” divino y se hizo Fraile y sirvió como custodio de un santo copón en las tierras frías de el norte en un lugar que le llamaban San Juan de la Peña y fue en este lugar donde le pusieron lo de Carracuca, pues se hacia difícil para los castellanos pronunciar su apellido verdadero, de tal manera un día de primavera estaba traduciendo al castellano unos pergaminos muy antiguos que estaban en unas letras extrañas y que según el era el idioma de Arameo y que dichos escritos hablaban de unos jinetes que asolarían este mundo y acabaría con el mal para siempre y que de unas líneas aparecieron los nombres de Galera y Granada .
  Nos dijo que decían algunos reglones que un poco mas de la mitad de el siglo décimo quinto de nuestro señor,  la sangre bajaría por las calles de Galera como si de una fuente estuviera en lo alto y que en el noveno año del siglo vigésimo primero la tierra formaría olas en movimiento y no quedaría nada ni nadie que pudiera contarlo, pues se abrirían una grandes simás que se lo tragarían todo.
  Con el paso de los años la gente lo empezó a tomar como a un viejo loco y algunos de nosotros crecimos con aquellas historias y relatos que nos transportaban a tierras lejanas y la chiquillería le sacaban burla y le arrojaban piedras como si de un muñeco de paja se tratara, pues hasta los de mayor conocimiento se divertían de el con engaños y risas de crueldad, que hasta los mismos cristianos no le querían en Galera, por ser persona que jamás piso la iglesia ni misa alguna, pues el decía con razón que a Dios se lleva por los adentros y que la única iglesia era la justa vida de cada uno y que las imágenes veneradas eran muchas mas que los pecados y las injusticias y que con las confesiones se hacían negocios de almas y que el perdón viene desde el arrepentimiento y no desde las manos de un cura.
  Sin darnos cuenta desapareció de nuestras vidas y yo siempre le echaba de menos cuando me bajaba con mi tío a unas paratas de cerezos que tenia por debajo de la fuente de Huevo, pues Carracuca se había instalado en un covacho de por bajo de los peñones de "la caracuadrá" que hay justo encima de por la fuente, el me enseño a entender a los animales y a todo lo verde y me dicto con paciencia el arte de las "cabañuelas".
Me lo volví a encontrar en el primer viaje que di con mi padre por la parte de Caniles.


[1] Durante los días 10 y 14 de mayo. Recordemos la alternancia de partidos, por un lado; y el posible “fraude” debido al bipartidismo imperante en esos años.
[2] Es evidente que esa ventaja primera de 5-4 electores se ve reducida, puesto que, aunque el barrio de Arriba gane en concejales al de abajo, debemos suponer que están aglutinados todos los barrios colindantes en esta sección, con lo que a menos que los 5 electores salieran del denominado barrio de arriba, cosa harto improbable, la mayoría de señores del Ayuntamiento siempre procederá del barrio de abajo, con el consiguiente predominio del barrio de abajo sobre los demás barrios. Habría que fijarse en que los electores aglutinados incluyen el Barrio de Ruipérez y el Barrio de las Casillas, siempre pertenecientes al Barrio de Abajo.

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