El día de los difuntos de Casas de Haro, al igual que en muchas localidades de la provincia y de la Mancha, tiene una parte formal que todos conocemos: visitar a nuestros antepasados y engalanar los sepulcros y tumbas con flores. Pero también tiene una tradición que se está perdiendo, que se practicaba el 31 de octubre por la noche. Era la llamada noche de las migas. En dicha noche, niños y jóvenes del pueblo salían a las calles dispuestos a tapar las cerraduras de las casas.
Sin embargo, con la llegada de tradiciones americanas, como Halloween, esta tradición está desapareciendo en muchos lugares. En la provincia de Cuenca ya no se ven a los niños tapando las cerraduras de las casas vecinas; se los ve disfrazados de monstruos, brujas, etc... pidiendo caramelos por las casas con el famoso "¿truco o trato?".
Efectos vandálicos del engrudo el día de Todos los Santos |
La costumbre de tapar cerraduras viene de antiguo. Se cree que tapando las cerraduras se evita que los difuntos entren en las casas en esa fecha.
El dulce típico de estas fechas no son los famosos huesos de santo o los buñuelos de viento. En nuestro pueblo se cocina una receta típica que se llama Migas de Niño; en otros lugares de nuestra provincia se les llama puches o migas dulces. Estas migas, una vez cocinadas, adquieren la consistencia de una pasta que es la que se utilizaba de antiguo para tapar las cerraduras. En los últimos años de esta tradición, la juventud de nuestro pueblo realizaba un engrudo, compuesto de yeso, cemento, etc. que aplicaba a las cerraduras y a las fachadas de algunas casas, provocando la ira de los vecinos, al día siguiente, cuando debían limpiar tal destrozo.
Las migas de niño tienen este nombre porque era de las primeras comidas que se le daba al niño pequeño. Su textura, parecida a una papilla, y su sabor dulce, hacía las delicias de los lactantes que comenzaban a comer de todo, con 1-2 años.
El dulce típico de estas fechas no son los famosos huesos de santo o los buñuelos de viento. En nuestro pueblo se cocina una receta típica que se llama Migas de Niño; en otros lugares de nuestra provincia se les llama puches o migas dulces. Estas migas, una vez cocinadas, adquieren la consistencia de una pasta que es la que se utilizaba de antiguo para tapar las cerraduras. En los últimos años de esta tradición, la juventud de nuestro pueblo realizaba un engrudo, compuesto de yeso, cemento, etc. que aplicaba a las cerraduras y a las fachadas de algunas casas, provocando la ira de los vecinos, al día siguiente, cuando debían limpiar tal destrozo.
Las migas de niño tienen este nombre porque era de las primeras comidas que se le daba al niño pequeño. Su textura, parecida a una papilla, y su sabor dulce, hacía las delicias de los lactantes que comenzaban a comer de todo, con 1-2 años.
MIGAS DE NIÑO O PUCHES
INGREDIENTES
- Agua, aproximadamente tres cuartos de litro.
- Harina: una cucharada sopera por persona.
- Azúcar, dos cucharadas soperas por persona.
- Aceite de oliva, 100 ml.
- Trocitos de pan duro.
PREPARACIÓN.
- En una sartén, ponemos a calentar el aceite. Cuando el aceite está lo suficientemente caliente, se le incluye los trozos de pan, convenientemente cortados.
- Se fríen los trozos de pan y se retiran en un plato aparte, para luego adornar las migas, como veremos.
- En el aceite en el que hemos frito los pedazos de pan, se aplican varias cucharadas soperas de harina: se aplica una cucharada por persona. Se deshace la harina en el aceite. Como resultado tendremos grumos de harina con aceite.
- Incluiremos después de haber deshecho el contenido dos cucharadas soperas de azúcar en la mezcla; es decir, por cada cucharada de harina, se le aplicarán a las migas dos cucharadas de azúcar. Se remueve el contenido y se mezcla a fuego lento.
- Ahora se le va aplicando el agua; debe aplicarse poco a poco, para evitar pasarnos de la medida. Además, debemos remover muy bien el contenido para ir deshaciendo los grumos que han salido en los anteriores pasos. El truco es remover muy bien la harina y el azúcar en el agua, por tanto habrá que remover hasta que se deshagan, siempre a fuego lento. Mientras que haya grumos hay que remover.
- Nuestros antepasados cuentan que cuando eres capaz de hacer una letra en el contenido de la sartén, es porque está bien de agua el guiso. Por ejemplo, en la foto de más abajo está la letra "E", aunque cada quien puede hacer la letra que quiera. Esto nos determina que las migas de niño están bien de agua.
- Seguiremos removiendo de vez en cuando para evitar que se peguen las migas. Siempre hay que dejarlo a fuego lento. Conforme se van cociendo las migas, el aceite va subiendo hacia arriba, lo que nos indica que las migas de niño están terminadas. En las posteriores fotografías, veréis el color brillante de las migas, lo que determina que el aceite de oliva ha subido y, por tanto, se pueden retirar.
- Se retira el contenido de las migas en una fuente y se adorna con el pan frito -o picatostes-. La decoración de este plato va en función de los comensales. Los trozos de pan frito hay quien los introduce por dentro de las migas, y otros que lo decoran por fuera. Incluso hay quien el aplica una capa de azúcar por encima.
Soy de Sisante y nunca habia hecho, estas migas, las gachas si, me pongo manos a lo obra y ya os cuento como me han salido, (espero que bien) si asi no fuera las tiro y pruebo nuevamente
ResponderEliminarBuenísimas!!
ResponderEliminarEn casa también se hacian, mi madre era una experta en hacerlas, les salían riquisimas. Buenos recuerdos!!
Buenísimas!!
ResponderEliminarEn casa también se hacian, mi madre era una experta en hacerlas, les salían riquisimas. Buenos recuerdos!!
Yo antes de freír el pan le frío una corteza de limón y otra de naranja y lo retiro.
ResponderEliminarCOMO ESTÁS NINGUNAS DE BUENAS, ANTES ME LAS HACIA MI MADRE Y AHORA LAS HAGO YO, LAS DE CASAS DE HARO LAS MEJORES.
ResponderEliminarHola las he hecho esta mañana y os comento que le he tenido que pasar la batidora mientras que se estaban haciendo por el motivo del azúcar que se quedaba un poco aterronada no se acaso se quedará en trocitos duros luego Cruz cantes en boca y por este motivo he pasado la batidora me han quedado geniales buenísimas
ResponderEliminarHola soy de Tébar y me ha encantado encontrar esta página, enhorabuena.
ResponderEliminarMi madre las hace desde siempre pero les pone además corteza de limón, miel y un poquito de leche condensada y le quedan estupendas.
Mi abuela solia tener siempre un plato en la cocina en invierno o en la nevera en veranos para cuando ibamos a verla. Parece que la estoy viendo... Que recuerdos tan buenos.
ResponderEliminarYo recuerdo que cuando las hacía mi madre me estaban buenísimas.Hoy lo estábamos comentando con mi hermana y esta tarde las he hecho.Me han quedado muy ricas.Mi receta coincide con la tuya.Soy de Mira.Tienes razón:es una pena que se pierdan nuestras tradiciones
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