Pedazos de nuestro pueblo, pedazos de nosotros mismos. Adéntrate en este blog y descubre trocitos singulares de nuestro presente y de nuestros antepasados. Espero que te guste y espero tus comentarios al final de los artículos.

viernes, 18 de octubre de 2013

EL CORREO POSTAL EN CASAS DE HARO: PINCELADAS

Cartero rural de principios del Siglo XX
El establecimiento de una red viaria de Correos en toda la geografía española a mediados del siglo XIX supone un avance incontable para la comunicación. En nuestro pueblo, se recibía el correo los miércoles, cuando esta red viaria se propuso. Luego se modificó esta recepción, a finales del siglo XIX, estableciéndola los lunes, miércoles y viernes. Ya con la llegada del siglo XX, el servicio postal se generalizó entre la población y no es de extrañar que muchas familias tengan cartas en sus casas del hijo, novio que iba al servicio militar, cartas de felicitación navideña, etc...


Obviamente, en un primer momento, la correspondencia que nuestro pueblo hacía no sobrelleva grandes gastos ni dispendios. Fuera del maestro, el sacerdote y el secretario de la Corporación, así como algún rico hacendado, nadie sabía leer ni escribir.




Esta primera red viaria partía de San Clemente y atravesaba el pueblo de Casas de Fernando Alonso, llegando después a Casas de Haro.

Ahora bien, en los años 80 del pasado siglo XIX hubo un problema derivado con el correo que recibimos. Ya no sólo se recibía tarde y mal, sino que el mismo debía responderse en el día, puesto que si no se hacía así, se perdía una semana de contestación. El Ayuntamiento, en ese entonces, estaba planeando la ejecución de las oficinas del nuevo Ayuntamiento, que conseguiría como la sede de un colegio, con su subsiguiente separación en colegio de chicos y colegio de chicas.

Si a este problema de la llegada del correo (sólo un día a la semana), que debía partir de San Clemente a las 8 de la mañana y que llegaba al pueblo ya pasadas las 1 de la tarde, le añadimos sucesivas quejas de apertura de correo por parte del Ayuntamiento de Casas de Fernando Alonso, explicaremos el consiguiente enfado y furia de nuestra Corporación Municipal.

En 1881, se realiza una petición al Director General de Correos de Cuenca para que el trazado viario se modifique y se reciba la correspondencia diaria desde los pueblos de la zona más cercana a Albacete, por estos problemas que se han enumerado más arriba.

Felicitación navideña del cartero
9 enero de 1881. “El servicio de correos que tiene esta villa es el peor que puede tener el más apartado rincón de la península pues no hay correo diario, como la Ley ordena, ni llega la correspondencia a la sala 3ª de Correos del Partido ahora conveniente para recibir y conducir diariamente la correspondencia para Madrid y ésta es debido a la falta de uniformidad que se tiene guardada de reformar el sistema de recibir y recoger la correspondencia de los pueblos comarcarnos a éste y que se hallan también como éste en el límite de la provincia de Albacete de donde con inmensas ventajas reciben su correspondencia: Sisante, Casas de Benítez, Casas de Guijarro y Pozoamargo, reciben su correspondencia directamente desde La Roda de donde distan sólo 2 leguas como éste y no le concibe (al alcalde) que Casas de Haro que se halla en la misma zona y en idénticas condiciones tenga que resignarse a recibirla de San Clemente donde la recibe tarde, mal y de un modo que le imposibilita por las horas de salida de que el peatón llegue a tiempo de dar salida para Madrid a la correspondencia que lleve; si los pueblos citados han sido favorecidos con una reforma ventajosa para su servicio de Correos partiremos que Casas de Haro se equipare a aquellos. Discuten suficientemente el punto, por unanimidad se acordó: Que se haga presente al Director General de Correos de la provincia la conveniencia de que este pueblo reciba la correspondencia por el conducto que los pueblos de Sisante, Casas de Benítez, Casas de Guijarro y Pozoamargo, los comarcanos, y que se hallan en iguales condiciones que éste, toda vez que de este modo es Estado, para lo mismo, pues sólo hay que variar el punto de partida del peatón y tiene que recorrer la misma distancia a cuyo efecto remítase comunicación transcribiendo este acuerdo a dicho Jefe de la Provincia para que participándolo a la Dirección General, resuelva como se propone en esta Corporación si lo juzga conveniente”.

Uno de los principales avances de este siglo, gracias al crecimiento de Correos, tiene que ver con


La otra gran conquista del siglo XIX en materia postal fue la invención del sello de correos como forma de pago de los envíos, ahora a cargo del remitente, debido al británico Sir Rowland Hill; poniéndose en circulación en 1840 y conocido como el Penny Black. En España se implantó el 1 de enero de 1850. Fueron cinco los primeros sellos emitidos por el Estado, con valores faciales que variaban desde los 6 cuartos para las cartas sencillas hasta los 10 reales para los certificados de mayor peso y en todos ellos la imagen representada fue el busto de la reina Isabel II. El último paso para la reorganización definitiva del correo se produjo en 1889 con la creación del Cuerpo de Empleados de Correos, organizado como una estructura piramidal.
Nuestro pueblo se halla inmerso en la Guerra Carlista, que azotó con especial virulencia durante estos años a nuestro pueblo. La sucesiva reconstrucción de las tierras y demás advenimiento de la tan lógica paz, hace que se promulgue por parte del Ayuntamiento una comunicación de la provincia que tiene que ver con el sello y el franqueo de las cartas.




15 junio de 1856. Se habla de una comunicación de la Provincia en la que se informa que “no circularán si no se franquean previamente con los sellos correspondientes a su peso” las cartas y sobres.
En 1889, como ya sabemos, se establece un Cuerpo de Empleados de Correos. Desde entonces, nuestro pueblo contará con un cartero, que ayudará a que el correo llegue precisamente a su destino, entre otros menesteres. Gracias a la implantación de nuevos transportes, como es el camión, el avión, etc... llega la posibilidad en nuestro pueblo de enviar una carta o un paquete con la lógica celeridad que es necesaria.


El progreso alcanzado a lo largo del siglo XIX se consolidó durante el XX, nuevas tecnologías, nuevos medios de transporte, nuevos servicios y una decidida vocación de utilidad pública provocaron la extensión del uso del correo. La aparición del automóvil y posteriormente la del avión cambiaron las estructuras postales y aceleraron la entrega de la correspondencia (...) En 1919 se creó por decreto en España el servicio aeropostal (...) No obstante, el ferrocarril siguió siendo el principal medio para llevar las cartas y paquetes por toda la geografía peninsular hasta 1993 en que el servicio por tren dio paso a un modelo más racional y adecuado del transporte de la correspondencia por carretera.
De forma paralela, Correos se ha ido modernizando a través de un proceso continuado prestando nuevos servicios a lo largo del siglo a los ciudadanos, como el correo urgente (1905), el giro (1911), la Caja Postal de Ahorros, los envíos contra reembolso y los Paquetes Postales (1916), el Postal Exprés (1981), el Paquete Azul o los más actuales envases prefranqueados.

Cuántas palabras escritas en un papel y mandadas, cómo se puede sintetizar lo escrito hasta ahora:


No había teléfonos móviles, ni chats para ligar, sólo teníamos papel y un corazón de poeta para escribir cartas de amor inolvidables, que luego llevarían en volandas aquellos honoríficos carteros, por la geografía más recóndita, hasta llegar al corazón de la amada o del amigo. Aquellos repartidores de sueños eran auténticos mensajeros, vocacionales de andanzas y dueños de mil historias inconfesables e irrepetibles, no en vano todo el pueblo iba a su encuentro con santa devoción, respondiendo siempre con la mejor de sus sonrisas. No importaba la carga de trabajo, el esfuerzo ante las duras inclemencias del tiempo, el cartero siempre llegaba a todos los destinos, puntual a la cita.


Quizá el trabajo de cartero no sea el mejor trabajo del mundo. Muchos lo compararán con un funcionario. Pero, ¡ay de nosotros, si no estuvieran aquí! ¿Cuántas y cuántas cartas podríamos no haber recibido o enviado? ¿Cuántos paquetes con comida, dinero, ropa, calzado, etc... no habrían recibido nuestros hijos? ¿Qué de cartas no podríamos haber enviado a nuestras novias o familiares estando en la mili? Quizá ahora pensemos que el trabajo en Correos ha quedado supeditado al correo electrónico o a los mensajes de texto. Pero... ¡qué extraña ilusión el escribir una carta de vez en cuando! ¿No os pasa? 


En homenaje a la familia Rosillo, valedora en varias generaciones del servicio de Correos de Casas de Haro

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