Pedazos de nuestro pueblo, pedazos de nosotros mismos. Adéntrate en este blog y descubre trocitos singulares de nuestro presente y de nuestros antepasados. Espero que te guste y espero tus comentarios al final de los artículos.

martes, 1 de abril de 2014

LOS CUBOS: Arquitectura en piedra seca

Cubo Agustinillo.
 "Situado al pie de la carretera que va desde Minaya a Casas de Fernando Alonso
y que con su enorme mole de más de 7 metros de altura y potente fábrica,
enseñorea el entorno en el que se halla".

Nuestro campo forma parte de nosotros mismos y, como tal, hay que procurar cuidarlo de cualquier tipo de intrusión externa. Es uno de los pocos reductos verdes que nos quedan, uno de los sitios en los que podemos pasear, caminar, avistar aves, cazar, etc...

Dentro de nuestro espacio agrícola, Casas de Haro siempre ha destacado por una ingente cantidad de piedra. Para acercarnos a las construcciones agrícolas, debemos hacerlo siempre desde una mentalidad abierta. Manifestaciones etnoculturales, eminentemente agrícolas y ganaderas, unidas a una geografía concreta, en la que podemos encontrar piedra forman el caldo de cultivo que nos servirá para estudiar el fenómeno de los cubos.

Para ello, describiremos brevemente cómo se trata nuestro suelo en obras dedicadas a este tipo de arquitectura, de la vecina provincia de Albacete (página 18), en la que se describe el suelo que da origen a estas construcciones como

Suelos pardos calizos con horizontes de humus muy poco desarrollados. Se suelen formar sobre materiales consolidados siendo delgados y fácilmente erosionables (Sierra de Chinchilla). Los formados sobre material no consolidado, ocupan los municipios de Villarrobledo y Minaya al noroeste en una zona (...)
Cubo Huerto Hormiguero, llamado por algunos Cubo Melao.

Sin embargo, un interesante estudio redactado en el vecino pueblo de Tébar sugiere que estas manifestaciones arquitectónicas típicas surgen al albor de un incesante tráfico ganadero. La Cañada Real, que también pasa por nuestro término municipal, y, asímismo, por la zona claramente influenciada en la que vemos construcciones como los cubos, nos hace a la idea de la importancia que tienen. La reflexión que vertebra esta teoría es que servían de refugio a la trashumancia que, desde antiguo, ha pasado por nuestro municipio.

Según el estudio de Vegas Mileto-Cristini (2009),
ésta es la distribución de construcciones de piedra seca en España

Ya en época prehistórica las fuentes consultadas apuntan a la presencia de lugares ampliamente poblados interpretados como sistios estratégicos de control de territorio y de paso. Pero es sobre todo en época romana cuando se cita a esta comarca como nodo importante en el trazado de la Vía Heraclea, que comunica Cartagena con el interior de la Manchuela y los territorios del Júcar a través de Pozoamargo, Segóbriga, Ercávia y Valeria.

No obstante, es a partir de la Reconquista cuando la comarca alcanza su mayor auge económico y estratégico (...) Así es como, en 1273, bajo el reinado de Alfonso X, se crea el Concejo de la Mesta, donde se establecen tanto la red de cañadas reales, como directrices, dimensiones y características. (...)
Y así, lo consideró la Mesta, como una tesela fundamental para el trato entre ganaderos, desvío de cabezas de ganado o descanso, así lo demuestra algunos indicios como son la presencia de restos de descansaderos en las proximidades de los chozos.
Pero intentemos formular un cuadro de características que nos puedan ayudar a entender el fenómeno de la arquitectura de la piedra seca y poder incluir nuestros cubos en el mismo:

Cubo situado cercano a la carretera de Minaya.
  • En la arquitectura de la piedra seca se establece como único elemento constructivo la piedra, sin ningún tipo de únión o argamasa. Las piedras se sostienen las unas a las otras por acción de su propio peso.
  • Se produce una integración de las construcciones con el entorno natural, el paisaje y el campo, junto con los cubos, forman un todo. Este "todo" se llama paisaje humanizado.
  • Se trata siempre de una arquitectura local, foránea. Se produce específicamente en lugares en los que abunda la piedra. Es decir, sólo se suele dar en lugares en los que la piedra sea muy abundante, dado que es difícil en lugares en los que la piedra deba ser transportada.
  • Es un tipo de arquitectura popular -denominada por muchos como pobre-, dado que los únicos elementos constructivos son el hombre y la piedra. Normalmente, por este motivo se suele dar en zonas de secano, dada la pobreza de este suelo; y con menor representatividad en las tierras de regadío, en las que se utilizará cal y arena. 
  • El uso de la piedra suele ser poco trabajado y, en ocasiones, la piedra está tallada muy ligeramente. Al utilizarse la piedra como sujección de la tierra, las piedras que se utilizan suelen ser pequeñas, lo que ayuda a que un solo hombre sea capaz de manejarlas. Esto nos ayuda a reflexionar sobre una técnica constructiva individual, dado que el hombre se ayuda de herramientas muy rudimentarias. Se utilizan pocas herramientas, algunas para extraer, transportar o trabajar la piedra, pero serán la técnica y la pericia del hombre aquellas herramientas que ayudarán a que un cubo se ponga en pie.
  • Las construcciones de piedra seca son obras, en su mayoría, de construcción anómina, dado que no suele quedar para la posteridad el autor de la construcción. En nuestro pueblo, sí conocemos la autoría de familias en la construcción del cubo, y se denominan singularmente por el nombre de aquél que lo construyó, lo que nos ayuda a conocer o a determinar en muchos casos su autoría.
  • Existen unas necesidades del hombre que, gracias a a estas construcciones, se resuelven: pueden ser agrícolas, de división de tierras, domesticación de animales, refugio, etc.
  • El medio natural se convierte en el gran elemento a partir del cual el constructor toma sus ideas. El hombre creará este tipo de construcciones, de piedra seca, a imagen de lo que ha visto en la naturaleza: la erosión que da lugar a una cueva o abrigo, un muro de piedras, etc...
Cubos de la Huerta de Mangas. Obsérvese su carácter geminado.
Con estas características, podemos incluir a nuestro cubos dentro de la arquitectura popular de la piedra seca. Y, por tanto, debemos definir el fenómeno de la arquitectura popular, empleando estas palabras, de la revista Zahora, de Albacete, en su número 53:

Cubo Antolino.
Arquitectura popular es la arquitectura que hace el pueblo. Con mayor rigor se podría decir que es la arquitectura que hacen el pueblo y el tiempo.
Es el pasar anónimo de muchas gentes, con idiosincrasia común, con deseos y aspiraciones comunes, es el que ha hecho aflorar esa oculta singularidad de una colectividad social, aparentemente gregaria, que tiene, sin embargo, una acusada personalidad.
Si queremos desentrañar las profundas raíces de la arquitectura popular, nos encontramos siempre con dos factores esenciales: su condición artesana de lo hecho a mano y su lenta gestación. Y son esos dos factores los que le proporcionan esa realidad de permanencia, de inmutabilidad, de intemporalidad: porque la arquitectura popular no es de antes ni de ahora, sencillamente es. Por eso de una arquitectura popular en desuso no quedan ruinas, ni menos aún ruinas gloriosas, sino un montón de escombros.

En interesantes artículos, como éste de la revista "Gigantes de la Mancha", de Campo de Criptana, se localizan otras formas de denominar a los cubos, dependiendo del lugar en que la manifestación se haya producido.

Los nombres de este tipo de construcciones cambian en algunas regiones pero no varía su sistema constructivo. En el Rosellón francés se les llama "Boris", en Navarra "Cabañeras", "Arkoak" en Euskadi, "Castros" en Galicia, en La Rioja "Casillas", en Aragón "Casetas", "Cabanes" en Cataluña, "Cacherulos" en Levante y en el resto de la Península, en general, "Chozos", con matices localistas como en La Mancha donde también se les denomina "Cubos", "Cubillos", "Cucos " y "Bombos" por sus diferentes formas. 
Planta y sección de los diferentes tipos de cubos, según los diferentes tipos

Adentrémonos en su peculiar forma de construcción de los cubos. Con la división de los nuevos entes provinciales de Javier del Burgo en 1833, y con nuestra asunción como pueblo en 1836, se produce en fechas sucesivas la desamortización de Madoz (1855) crea la división agraria posterior. Durante esos años, grandes explotaciones latifundistas se crean en nuestra población. Sin embargo, con el devenir de los años, se fueron vendiendo a los hacendados de estos territorios, lo que implicó que hubiera familias que pudieran disponer de una o varias porciones de tierra, llamados pedazos o rochos (de los que ya hablamos en alguna ocasión), que les sirvió como sustento.

Estos rochos y pedazos disponían de abundante piedra que debía ser retirada para poder ararse el campo. Esta piedra, amontonada en muchas ocasiones en la linde de los caminos o de los pedazos de tierra, dan lugar a divisiones o cercados. Grandes lindes delimitaban un terreno del otro. En otras ocasiones, ingentes cantidades de piedra formaban majanos que eran delimitados con hitos.  Terrenos como "Los Corrales de la Tía Jacinta" o "Los Corrales de Santa Cruz" nos hacen idea de lo que estamos hablando. Estas corralizas se creaban utilizando la gran cantidad de piedra, con lo que se realizaban cercados que ayudaban a encerrar a los animales y reses.

Cubo Mangas, en las inmediaciones del paraje de la Casa don Pedro.

Este inicio derivó en la construcción de chozos y abrigos, construcciones rudimentarias las primeras, en las que se utilizaban ramas y palos usados como cobertizo.

Cubo Ventica, con su dintel en ángulo.
Por último, se utilizaron estas ingentes cantidades de piedra para construir los cubos. Más arriba hemos dicho que la necesidad del hombre incide en la construcción de este tipo de rudimentarias casas, abrigos o lugares de descanso. Antiguamente, la vida se hacía al "aire libre": los agricultores y ganaderos pasaban grandes cantidades de tiempo en el campo, y en muchas ocasiones, al hacérsele de noche, dormían en el propio pedazo o terreno. De hecho, aún en el pueblo, se podía ver en la puerta de la casa a la gente realizando labores en esparto, pleita, madera, etc... En ese momento, no se concebían los salones-comedores, propio de clases más pudientes, desarrollándose la vida en la cocina.

Por tanto, esa necesidad viene emparejada con un tipo de construcción que ya conocía el género humano desde la antigüedad. Así, siguiendo una línea esquemática, podemos hablar que esta técnica se ha transmitido de generación en generación, como podemos observar en este estudio de la arquitectura de piedra en seco como manifestación cultural.

La técnica de la piedra en seco utiliza un material de fácil acceso, inagotable y susceptible de un desarrollo sostenible. Esta técnica es fruto de la creatividad y de la experimentación de millones de personas, durante muchas generaciones, desde hace miles de años. El virtuosismo técnico que exhiben muchas construcciones es fruto de un Know-How, o saber hacer, cuya disminución sería una pérdida difícil de evaluar y un retroceso cultural. En nuestra sociedad la transmisión de los conocimientos no deben quedar al  albur, sino que deben ser proyectados.

Cubo de María Galindo, con enlucido exterior e interior, para evitar el paso del frío.
La Asociación Cultural Az-Za-Farán de Minaya ha realizado un curioso e interesante itinerario por los cubos (llamados en Minaya cubillos) de, entre otros, nuestro término municipal. Ellos exponen claramente la técnica constructiva que apuntan de la siguiente forma.

La técnica constructiva no requiere grandes conocimientos de arquitectura, solamente grandes dosis de habilidad y paciencia. Partiendo de la forma circular de la base formada por losas embutidas en la tierra, se van colocando cuidadosamente más losas ayudándose con piedras pequeñas para que aquéllas queden perfectamente encajadas. Tras construir una pared vertical hasta cierta altura, poco a poco se va estrechando la circunferencia hasta llegar a la cúspide, donde se coloca una gran losa, cuyo peso comprime toda la estructura y permite que ésta se mantenga en pie. Algunos cubillos se encuentran enlucidos interior y/o exteriormente con una capa de barro o de mortero, pero no debemos pensar que se trata de un elemento de fijación de las losas, sino que su función es evitar el paso del viento. 

Hay cubos, como el de María Galindo, que están enlucidos exterior e interiormente para evitar el paso del viento. Aún en la página de Facebook "Arquitectura de Piedra Seca", Francisco Javier Miralles García remata una fotografía que bien nos recuerda a nuestros propios cubos de la siguiente forma, describiendo la construcción en hilada, que termina de ofrecer la falsa bóveda, aunque él prefiere utilizar el término construcción de bóveda por avance de hileras:

Cubo Cosías, en el pinar llamado del Chavo.
Cuando las paredes de una caseta llegan a una altura suficiente para que pueda caminar una persona en su interior, se empieza la bóveda, que se construye con losas de gran tamaño, comenzando a volar ligeramente, de forma que cada hilera va avanzando unos pocos centímetros hacia el centro de la caseta, y así hasta alcanzar la altura máxima donde una piedra de mayores dimensiones se utiliza para cerrar totalmente la construcción.

Este tipo de bóvedas se le ha llamado también “falsa bóveda”. Pero creo que es más correcto decir “bóveda construida por avance de hileras”.
Dentro de nuestros cubos observamos diferentes elementos constructivos que bien podrían darnos unas pequeñas pinceladas para un posterior estudio y delimitación. Hablaremos de los dinteles. Curiosa forma tenían los antiguos de rematar las puertas de entrada de los cubos. En paseos por el campo, se pueden ver el típico dintel en horizontal con una piedra grande. En otros casos, el dintel se remata en "V" invertida con dos lajas grandes, lo que ayuda a entrar, dada la solución que proporciona altura. Pero también podemos observar diversas formas constructivas, aclaradas, entre otras referencias, por Álvaro Zaragozá


También hemos visto que en muchas de las composiciones se usa la denominada coraza o rocha, que forma parte del recubrimiento de dicho cubo, buscando que el propietario pudiera realizar sucesivas restauraciones en la parte alta del cubo. Muchos de los cubos que hemos observado en nuestros campos no están exentos de esa coraza o rocha, que ayuda a esta restauración. Esa construcción de los muros, con una sola hilada, que permitía al viento introducirse, y de varias hiladas, que daban solidez al conjunto, se complementaban con importantes elementos constructivos en el interior, tales como ventanas, pesebres, bancos adosados al muro, alacenas, chimeneas y fuegos (como el que podemos ver del cubo Mangas).


Es doloroso encontrarse con estos testigos vivos de nuestros ancestros, y no realizar rutas turísticas con ellos. Hace tiempo, en Casas de Haro, se organizó una ruta turística por el enclave de la Casa de don Pedro, La Ventica, y el Lentiscar, pero no se ha mantenido y, por desgracia, se perderá. No se editaron, por desgracia, materiales turísticos que nos hicieran descubrir lo misterioso y lo interesante de esta forma de construir. Iniciativas del exterior, como las que comenta Álvaro Zaragozá nos pueden dar una idea del interés que despiertan en otros lugares europeos. Él los denomina "museos al aire libre" y bien podrían constituirse como reclamo turístico en un pueblo como el nuestro.

•          Netherlands Open Air Museum
•          The Open Air Museumof Bokrijk
•          The Ulster Folk Museum


Para concluir con este somero estudio sobre los cubos de Casas de Haro, vamos a hacerlo con las referencias importantísimas de este tipo de arquitectura en los congresos Nacionales de Albacete (2001) y las Jornadas Europeas de Tarragona (2002), donde se consigue una declaración institucional por parte de nuestra Comunidad Autónoma, entre otras; y también una proposición a la UNESCO para que se proteja y cuide de este patrimonio. El problema de este tipo de arquitectura es que termina en ruina; si no hay un importante apego por su reconstrucción, restauración y conservación, corremos el riesgo de perder cubos, entre otros, como el Cubo Blanco o el Cubo de Mediaoreja. Mención aparte refiere el cubo del Ahogado, de hasta 7 metros de altura y varias salas, derruido por los propietarios hace ya 30-40 años.

Cubo de Mediaoreja, estado actual y en 2007.




















Cubo Blanes o Cubo Blanco, parcialmente destruido,
y que necesita restauración urgente.
En el 1º Congreso Nacional de Arquitectura Rural en Piedra Seca – Albacete” (2001), se consiguió que los Directores Generales de Patrimonio Histórico de las Comunidades Autónomas de Valencia, Canarias, Murcia y Castilla la Mancha, subscribieran la “ Declaración Institucional sobre Arquitectura de Piedra en Seco”, ésto era un gran avance. Los Gobiernos regionales de estas Comunidades Autónomas se comprometían a “Impulsar el desarrollo de la candidatura de la construcción tradicional de piedra en seco con objeto de su declaración como Patrimonio de la Humanidad” 
En las Jornadas Europeas de Piedra Seca, celebradas en 2002 en Tarragona, se aprobó la Declaración de Tarragona en donde entre otros puntos se proponía a la UNESCO, a la Comisión Europea y al Consejo de Europa “la protección de las obras en piedra seca que presenten un estado óptimo de conservación en cada territorio, como monumentos históricos irrepetibles de altísimo valor medioambiental, cultural y social”.

Cubillos y Aldeas de Minaya. 2008.




6 comentarios:

  1. Muy interesante el artículo! Creo recordar que la serie Oficios Perdidos tiene un capítulo donde explica su construcción.

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    1. Muchas gracias por tu comentario. Quizá no he querido especificar tanto sobre la construcción de los cubos, cubillos o bombos. Iniciativas contemporáneas han devuelto esta forma de construir a la actualidad, dado que hay nuevos cubos. En lo que sí estaremos de acuerdo es que las técnicas antiguas también tienen cabida en el día a día. Un saludo.

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    2. Lo veo en un mini complejo turistico rural basado en este tipo de arquitectura. Sería bastante original.

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    3. En muchas ocasiones, pueblos tan pequeños como los nuestros pueden albergar grandes opciones turísticas. En mi mente, aparecen rutas a caballo para divisar y fotografiar los cubos. Algún día hablaré de algunas de las aldeas, construcciones en su mayoría derruidas o abandonadas, y que podrían servir como base de una reactivación turística de la zona. Pero eso es otra historia...

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  2. Me parece una excelente idea el tema de las rutas a caballo. En Valencia hay un interesante blog que ha registrado aldeas y pueblos abandonados. Una lastima que no haya algo parecido en Cuenca o Castilla La Mancha. http://elspoblesvalenciansabandonats.blogspot.com.es/

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  3. En el llamado "camino real"cerca de su cruce con el camino Minaya a la mano izquierda de este en dirección a Minaya desde,Casas de Haro, existen los restos de un cubo llamado el "cubo de Lucas" o cubo de la "hermana Filomena" que hace años fue derribado debido a las labores agrícolas llevadas a cabo con el tractor se entiende que fue acidentalmente y que ahí siguen sus ruinas en el olvido.
    Aunque hace años de este artículo sobre estas ancestrales construcciones de " los cubos", hoy me he encontrao con el y de hay mi comentario.
    Saludos

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