Pedazos de nuestro pueblo, pedazos de nosotros mismos. Adéntrate en este blog y descubre trocitos singulares de nuestro presente y de nuestros antepasados. Espero que te guste y espero tus comentarios al final de los artículos.

martes, 9 de abril de 2013

CONDE NIÑO O CONDE OLINOS



Corrían los primeros años de 1978. Ya sabemos, muchos de nosotros no habíamos nacido. Pero la historia que vamos a contar a continuación, extraída del libro "Antología de romances orales recogidos en la provincia de Albacete" de Francisco Mendoza Díaz-Maroto, del Instituto Don Juan Manuel de estudios albacetenses, de la Excma. Diputación Provincial de Albacete, de la edición de 1990, tiene nombre de mujer: y más aún, tiene nombre de mujer de Casas de Haro. Se atestigua que una vecina de nuestra localidad, llamada Ulpiana Delgado Montero, de 65 años, sabía un romance que transcribimos a continuación, para deleite de todos los habitantes de nuestro pueblo. Y se trata de uno de los romances de cordel de ciego, de los que han sido muy estudiados. También hay otros romances que entroncan con esta tradición como es el de la "Loba Parda" o "La perra guardiana".

Nuestro pueblo tiene una riqueza cultura y un acerbo interesante, que no podemos deshechar. En el propio libro se habla de Casas de Haro, refiriéndose a nuestro pueblo "muy cerca de los límites de la provincia de Albacete, aparte de que las fronteras folklóricas, como es bien sabido, tienen muy poco que ver con las administrativas".

De hecho, este romance del Conde Niño o del Conde Olinos ya ha sido tratado por estudiosos de la talla de Menéndez Pidal, y como veréis a continuación, trata del tema del amor más allá de la muerte.


El romance conocido como del Conde Niño o del Conde Olinos) nos cuenta el triunfo del amor más allá de la muerte (D. Ramón Menéndez Pidal, 1978, lo titula Amor más poderoso que la muerte. Aunque no existen versiones escritas completas del romance hasta el siglo XIX, parece que era conocido ya en el siglo XV pues algunos de sus versos aparecen en una versión del romance del Conde Arnaldo encontrada en un manuscrito atribuido a Juan Rodríguez del Padrón (Piñero y Atero, 1987).

Sobre el origen existen dos teorías fundamentalmente. De un lado W.J. Entwistle defiende el origen extranjero del asunto, y, de otro, P. Benichou “se inclina a pensar que elConde Niño es el resultado una conjunción de motivos de fuerte raigambre en el folklore hispánico, motivos que constituyen lo más atractivo y fundamental del tema: el poder mágico del canto, el amor perseguido y las transformaciones sobrenaturales de los amantes después de la muerte”(Ruiz Fernández, 1991).

Es un romance de amplia difusión en la tradición hispánica moderna y con muy distintas variantes, aunque puede hablarse de dos modelos diferentes: las versiones simplificadas en las que se produce una única transformación de los amantes muertos, común a las versiones andaluzas, y las versiones más alargadas en las que se producen sucesivas transformaciones de los enamorados (Piñero y Atero, 1987).




Se paseaba el rey-conde                 por la orillita del mar;
Mientras su caballo bebe,         el rey-conde echa un cantar.
La reina lo estaba oyendo               desde el palacio real.
-Mira, hija, qué bien canta               la serenita del mar.
-Madre, ésa no es la sirena,            que ella no sabe cantar,
que es el hijo del rey-conde,           que por mí prendado está.
-Si es el hijo del rey-conde,            yo lo mandaré matar:
vengan guardias a palacio,              que allí está Su Majestad.-
Otro día de mañana                        tres puñaladas le dan,
y otras tres a su caballo                  y lo arrojaron al mar.
La princesa que se entera,              casa de su tío va:
-Tío mío, si usted quiere,                un favor me va usté a dar;
tengo mis amores muertos              en la orillita del mar:
tío mío, si usted quiere,                   mándemelos a enterrar.
-Ese favor que me pides                 concedido lo tendrás.-
Cuando el entierro pasaba,             una voz se oyó gritar:
-¡Adiós, amante querido,                yo me quedo y tú te vas,
pero dentro de ocho días                a tu lado me tendrás!-
Pasa uno, pasan dos,                      la princesa mala está;
pasan tres, pasan cuatro,                la princesa grave está;
pasan cinco, pasan seis,                  la princesa muerta está;
pasan siete, pasan ocho,                 ya la llevan a enterrar.
A ella le salió una rosa                    y a él un hermoso rosal,
donde los ciegos y los mancos        allí se van a curar.
La reina se quedó ciega                  y a la ermita fue a curar:
-¡Ay, ermita, si me curas                yo te haré una catedral!-
Dentro de la misma ermita             una voz se oyó gritar:
-¡Dos amantes se querían,             no les dejaste casar,
y por eso tú ahora                         ciega te vas a quedar!-



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