Llamados también nazarenos, penitentes o mayos, esta planta de la familia de las liliáceas, suele crecer en huertos, cunetas, caminos, herbazales y zonas de cultivo. En Casas de Haro, cuando llega la primavera, se pueden encontrar muchos ejemplos de esta singular planta arvense.
La planta, de la familia de las liliáceas (muscari neglectum), está compuesta por hojas basales, lineares, curvadas y acanaladas de hasta 40 cm de largo que surgen de un bulbo subterráneo rodeado a menudo de otros bulbillos menores a partir de los cuales se extiende la planta.
Las flores forman racimos de color azul de tonos más claros hacia arriba y más ocuros hacia la base, son del tamaño y forma de un grano de arroz y con un rabillo de entre 2 y 3 mm. El borde de la corola es de color blanco.
Suele florecer en los meses de primavera, por Semana Santa, de febrero a mayo. Es frecuente en toda la zona mediterránea y es la especie más localizada en toda Europa. Suele florecer en toda la Península Ibérica y en Baleares.
En wikipedia, se establecen los nombres vulgares que puede tener esta planta, entre los que se encuentra el cuco, llamado así en toda la zona de Castilla-La Mancha.
Agüelicos, ajo de perro, azulete, cebolla de lagarto, cebollica de milano, cebollita de milano, chapín de reina, clavos de Dios, espartillo, frailes, gatos, guitarrillos, hierba del querer, hierbas de los amores, jacinto, jacinto racimosa, jacinto racimoso, jacintos, jacinto silvestre, jacintos silvestres, lloricas, macandil, matacandiles, mata del azulete, mayos, moras, moreta, moro, nazareno, nazarenos, nazarones, pajarillos, penitentes, piececillo de Nuestro Señor.
En cuanto a los usos que se pueden observar de esta planta de la familia de los lirios, podemos encontrar los siguientes:
"A parte del uso estético como plantas ornamentales, el de las plantas tintoreras, como afrodisíacos en el norte de África (bulbos), como ambientador, para tratamientos de la piel e incluso comentan que de jóvenes pueden resultar fatales para el ganado".
En nuestro pueblo, se suele usar por los niños para confeccionar ramilletes de color morado -como el de los penitentes y algunas cofradías de nuestra Semana Santa- que suelen llevar a sus madres o a los santos. A modo de juego, los niños frotaban sus florecillas junto al oído para oír cómo les cantaban los cucos -o los grillos-.
No hay comentarios:
Publicar un comentario